En el Stauros se verifica,
magnifico el infinito abismo
entre Dios y Dios,
la distancia entre amor y desdicha
nada hay más lontano.
-En el dolor no te hiciste presente,
más que ausente, más que muerto;
no estabas y mis palabras no fueron.
-así, es visto que nadie guardó silencio
cuando la desdicha hubo de tocarles
ni Job, ni Judas, ni Jesucristo.
El centurión sonrojóse, al urgar con el metal
su costado.
Participa, El asesino, de un acto íntimo
con la víctima,
de mayor intimidad que parir; aun
de mayor intimidad que procrear.
Sólo el dolor o el placer distinguen estos actos:
Uno:
Amarse u Odiarse hasta el punto de entrar
uno en el otro y formar un solo ser.
Otro:
amarse/odiarse tanto que, pese a estar
cada uno en el extremo de la esfera,
su unión no sufra, por ello, merma alguna.