Recordó Miguel, después de tallarse los ojos, lo que había soñado:
I
Un pequeño hombre que apretaba los mofletes y disminuía de tamaño -hay que ser como niños -repetía, al tiempo de tomar más aire para continuar aprentado los mofletes.
Miguel hizo un esfuerzo por comprender y díjole: El fin de la fé también está contemplado en las sacras escrituras.
II
Luego, toda la topología del espacio avanzó plegándose como una onda y Miguel se vió al pie de una escalera inabarcable que descendía por un sinuoso despeñadero. En los últimos peldaños se divisaba otro hombre que, ayudándose con una linterna, gritaba cada que bajaba un peldaño: -He llegado hasta el fondo, no se puede bajar más!!!!
Miguel no escupió palabra.
III
Miguel, adquiere conciencia de que está soñando e irremediablemente se termina la ilusión. El mundo le arroja de él. "Prohibido darse cuenta que se sueña" dice todo objeto existente.
2 comentarios:
Me encantó...el I fué mi favorito..tambien lo de la linterna..será que así es en la vida? siempre creemos haber llegado al fondo, solo para darnos cuenta un segundo más tarde que todavía hay más peldaños....abrazos Litiosos
Por eso deccía don Calderón (no el espurio presidentillo ese que nos impuso el trife) que la vida es sueño y los sueños bla, bla, bla.
Me da la impresión de que algo le falta al poema. Pero quizá la carencia más bien pertenezcfa a la realidad, ni pex mano. Algo se quiebra y no sé que sea. a lo mejor si te animas a bajar más por esa escalera. Espero que no termines como el personaje de THX, eso de salir a la superficie me pareció un mal final: despues de todo el subsuelo no puede ser una prisión tan calamitosa.
Saludos.
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